LA úLTIMA GUíA A AORACIONES

La última guía a aoraciones

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2 Lágrimas de temor por los propios pecados. Son las de los que se levantan del pecado por temor al castigo: el temor les hace llorar. Su motivación no es perfecta, pues no hay necesariamente arrepentimiento.

Señor mío Jesucristo, yo te saludo en honra y reverencia del dolor que padeció mi SeñO la Virgen María al memorizar la crueldad con que Herodes intentaba quitarte la vida y por los trabajos que padecísteis en el camino y destierro a Egipto: por este dolor te pido una santa resignación en todas las tribulaciones que te dignes enviarme.

Te suplico la Agudeza que me recibas en el núexclusivo de quienes te sirven con inclinación, aunque que, al pie de la Cruz, a todos nos recibiste como hijos tuyos.

Con la consejo y oración del Martes Santo, Jesús quiere vivir en tu corazón y que te desprendas de todo apego a lo material: Oración de Semana Santa

Doncella María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al meter a tu Hijo; El, que era creador, dueño y señor de todo el universo, era enterrado en tierra; llevó su humillación hasta el último momento; y aunque Tú supieras que al tercer día resucitaría, el trance de la muerte era Existente; te quitaron a Jesús por la muerte más injusta que se haya podido atinar en todo el mundo en todos los siglos; siendo la suprema inocencia y la bondad infinita, fue torturado y muerto con la muerte más ignominiosa; tan caro pagó nuestro rescate por nuestros pecados; y Tú, Madre nuestra adoptiva le acompañaste en todos sus sufrimientos: y ahora te quedaste sola, llena de aflicción; te acompañamos en este dolor .

Purísima y atribulada Virgen María: yo os acompaño aún con piadosa y compasiva solicitud en vuestra penosa huida a Egipto, y os pido humildemente me permitáis seguiros por el santo camino de las contrariedades y tribulaciones de esta vida, para ser conducido por este trabajoso destierro al salvador orfanato de la virtud.

Noticiosa la soberana Casto por el discípulo amado de tan lastimoso espectáculo, vuela en alas de su apego, y a impulsos de la congojosa amargura que embarga su maternal corazón, al aproximación de su amado Hijo, cruza las calles de Jerusalén, oye a distancia la confusa gritería de un pueblo amotinado, siente el estrépito de las armas y el sonido lúgubre de la fatal trompeta que denuncia como reo de muerte al soberano Autor de la vida.

Creo que las mujeres que tienen la dicha de ser madres, y han tenido incluso la oportunidad de, como la Virgen María, reparar la pérdida de un hijo, son las que mejor pueden comprender y notar una profunda devoción alrededor de los siete dolores de la Santísima Virgen María y unirse a ella rezando y meditando en ellos cada ocasión que les es posible.

4. Les toparé cuanto me pidan, con tal que no se oponga a la voluntad adorable de mi Divino Hijo y a la santificación de sus almas.

Afligida y desconsolada Señora, yo la criatura más indigna de Devoción admirable de Los 7 Dolores que María Santísima Sintió en la Vida y Muerte de su Amadísimo Hijo estar delante de vuestra soberana presencia, os suplico con todo abatimiento, que por vuestros dolores os dignéis ser mi Orientador, amparo y patrocinio, para que en el control de este día pueda acertar a serviros y agradaros, a quien me consagro y sacrifico totalmente con todas mis potencias y sentidos; y cuanto pensare, dijere y obrare, sea en retribución de los dolores que con mis culpas os he ocasionado, y me consigáis perdón de ellas y una buena y reconocida muerte. Además.

Virginal María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver la crueldad de clavar los clavos en las manos y pies de tu amadísimo Hijo, y luego al verle agonizando en la cruz; para darnos vida a nosotros, llevó su pasión hasta la muerte, y éste era el momento cumbre de su pasión; Tú misma todavía te apreciaríFigura fallecer de dolor en aquel momento; te acompañamos en este dolor.

No tienen punto los comentarios que, no viniendo al caso, intentan una y otra ocasión forzar un debate o una toma de postura por el autor no planteada o aunque cerrada.

La devoción de los Siete Dolores de Nuestra SeñAhora proviene de una revelación de santa Brígida de Suecia, y es sobrado simple: se medita sobre individualidad de los siete dolores y se reza un Pájaro María luego de cada singular.

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